María

María se come el sol y lo devuelve en forma de sonrisa.
Vive como si fuera su último día de vida.
Se protege en su fuerte con globos acuosos y charcos como foso.
Guarda la mirada tras sus manos y sólo mira cuando es necesario.
Busca monstruos bajo su cama y se conforma con las pelusas.
Tiene una colección de fotos del cielo para cuando la lluvia no le gusta.
Su pelo le da vida al viento y cuando canta por fin oigo el silencio.
Su medio de transporte son los sueños y me lleva en ellos de forma real.
Cambia el mundo, lo agita, lo acaricia, lo deshace, lo cura y a veces lo tira,
pero vuelve por si sigue con vida.

Siempre vuelve por si sigo con vida.

María es como un parking gratuito vacío.
Tus sueños duermen bajo su almohada y se despiertan en su ventana.
Las escaleras de sus entrañas desaparecen cuando le hablas.
Crees que la tienes, pero cuando te despistas, se escapa.
Por la noche busca en las estrellas animales y caras.
Nadie sabe si duerme y siempre anda descalza, pero en invierno nunca sale de la cama.
Ahora… se resguarda con mantas de lo que casi la mata.